"Agua mortal", "Líquido radiactivo", "Ucrania en pánico" - gritan artículos de expertos en la Web. Algunos escriben con confianza sobre el té radiactivo en las cantinas de Chornóbyl, otros sobre las propiedades maravillosas del agua irradiada. Vamos a aclarar juntos lo que es verdad, y qué no.

El accidente en el reactor 4, seguido de la emisión de radiación, tuvo un  impacto enorme en el medio ambiente. El pico de emisiones de radionúclidos se produjo en los primeros 10 días después del accidente y como resultado, más de 200 mil kilómetros cuadrados de tierra fueron contaminados. La mayoría de los isótopos se precipitaron en la zona de cien kilómetros.

Gracias a la lluvia, los vientos y la actividad humana una parte de la radiación lavó las superficies expuestas, pero como resultado los sistemas de alcantarillado y las aguas residuales fueron contaminados. En ríos y lagos, los radionúclidos se diluyen, se pasa la descomposición física de las partículas y su absorción por el fondo y los suelos. Al final, los niveles de radiación en las aguas que fluyen son mucho más bajos que en las masas de agua cerradas.

Por cierto, los peces en Chornóbyl son radiactivos: el cesio se convirtió en parte de la cadena alimentaria de los residentes de los ríos y se acumula en sus organismos. Los peces con una alta concentración de este elemento pueden capturarse incluso en las aguas remotas de Escandinavia y Alemania. De ahí la prohibición de Chornóbyl sobre pesquerías: sin llegada de agua nueva la radiación en los organismos de los peces locales puede persistir durante décadas.

La contaminación del agua en Chornóbyl es vigilada por un complejo de medición de vigilancia radioecológica y control de la radiación. Aquí se controla la concentración de sustancias nocivas en el medio ambiente, incluso en el agua del grifo. Las muestras se recogen en toda la zona y se examinan en el laboratorio.

La concentración máxima permisible de plomo para agua potable es de 10 microgramos por litro. En Chornóbyl tal indicador es más abajo, por eso "aquí se puede beber el agua" – el jefe del laboratorio analítico central responde a las preguntas de los periodistas.

Por destilación, la radiación y cualquier suciedad se elimina. En confirmación en 2019, los británicos crearon vodka de granos y agua de Chornóbyl. Los entusiastas cultivaron centeno en la zona, tomaron algunas aguas subterráneas, las destilaron y las convirtieron en una bebida alcohólica. El vodka Atomic no contiene más radiación que cualquier otro vodka y demuestra: es posible crear un producto limpio y seguro en la zona de Chornóbyl.